“Mi tesis es que hay más posibilidades de leer un libro si lo tienes en casa que si está en una librería”, Mario Vargas Llosa en El héroe discreto.
Quienes amamos los libros, sabemos que no hay cuidado exagerado para esos acompañantes que vamos juntando a fin de formar nuestra biblioteca personal. Para quienes nos sentimos verdaderamente en casa solo donde están nuestros libros.
Por ello comparto algunas recomendaciones prácticas, básicas y caseras sobre cómo podrías cuidar esa biblioteca y hacer que los libros que nunca lees, pero aprecias y te acompañan podrían durarte más tiempo. Estos son algunos consejos del taller de conservación preventiva al que asistí en la Casa de la Literatura Peruana, dictado en abril del 2024.
Mobiliario
Es preferible tenerlos en estantes de metal con pintura antioxidante y anticorrosiva. Aunque los de madera también son útiles, es mejor si son resistentes a las termitas, lo que no sucede con el triplay. En el caso de los libreros de madera, se puede poner papel blanco entre el librero y los libros, como máxima recomendación.
¿Estantes con protectores de vidrio para protegerlos del polvo? No se recomienda pues pueden originar microclimas de humedad. En todo caso, podrías dejarlos con una abertura para la ventilación.
¡No dejes encerrados a tus libros! |
Clima
Los libros, como las personas, pueden padecen los cambios extremos de humedad, es decir si pasan de climas muy húmedos a muy secos, con mucha frecuencia, lo cual no ayuda a su conservación y acelera su deterioro.
No obstante, la humedad alta de Lima, sobre todo en distritos cerca al mar, como Barranco, Miraflores, Magdalena y San Miguel, es inevitable. Existen en el mercado deshumedecedores de varios precios, sobre todo para temporadas extremas como invierno. También es posible poner termohigrómetros, como en los museos, para medir la humedad y temperatura.
En cualquier caso, la ventilación es fundamental. Prioriza colocar tus libros en un lugar con ingreso y salida del aire.
Ubicación
Ventana con filtro |
Luz
La exposición directa y constante a la luz origina que las hojas de los libros cambien de color, sobre todo en los bordes, donde es recurrente el desvaneciendo de la coloración. Para ello, además de la direccionalidad de la luz, debemos priorizar usar luz led, que genera menos incidencia para evitar la descoloración, o fluorescente, pero no la luz amarilla.
Grapas, clips, tinta
No es recomendable usar las grapas para separar las hojas del libro, pues se oxidan o corroen y dejan manchas y queman el papel.
En el caso de los clips, evitar los de metal y priorizar con forro plástico, sin embargo, de todas formas, es preferible poner un pedazo de papel blanco o cartulina entre el papel y el clip. No obstante, solo usarlos si es necesario, pues tienden a deformar las hojas.
La tinta y resaltadores son agentes de deterioro… ¡Pero no importa si la tinta es de la firma del autor o autora dedicándote el libro! No obstante, si quieras hacer anotaciones, mejor usa un cuaderno.
La única tinta que debería tener tu libro. |
Visitantes indeseados
Jamás comer cerca o en la biblioteca, pues los restos de comida atraen agentes biológicos. Sí, tomar café mientras leemos es placentero, pero si lo haces, que sea con extremo cuidado. Sin embargo, si pasó un descuido y le cayó un líquido a esa novela o ensayo, puedes poner una hoja entre las que estén mojadas para que atrape la humedad e ir retirándolas cada cierto tiempo, hasta que estén secas las hojas afectadas. Recuerda, si un libro está mojado por más de 48 horas, empezarán a aparecer hongos.
Pero, si por un tiempo prolongado dejaste de pasar trapo y abrir la ventana, empezarán a aparecer termitas o “peces de plata”, estos últimos van carcomiendo el papel poco a poco, aunque sea imperceptible. No olvides que estos agentes prevalecen en ambientes húmedos, oscuros y sucios. Pasa trapo y abre la ventana.
Uso y reúso
¿Forrar los libros? No es recomendable, salvo sea un libro que pasará entre muchas manos y estará en peligro de deterioro, como en una biblioteca pública. Al forrarlos se origina un microclima en el libro, que, en ambientes extremos, calor o humedad, los afecta.
Es recomendable almacenarlos de forma vertical (parados) y no ponerles encima otros ejemplares en horizontal (echados), pues se afecta la encuadernación. Y si se guardan en horizontal, es referible alternar la posición (un libro mirando a la izquierda y otro a la derecha), para no afectar los lomos.
Encuadernación del libro |
Nunca es tanto el cuidado
También puedes comprar sujetadores de libros para que sean consistentes si los ponemos en forma vertical.
Otros peligros inherentes a la vida son los sismos o incendios. En el primer caso, sujeta bien los libreros a las paredes, tanto en la base, como en la parte superior, con doble soporte a la pared. En el segundo caso, un extintor, siempre es importante.
Plus: video de cómo limpiar los libros en mi cuenta de YouTube, por cortesía de un compañero que grabó. Límpialos de adentro hacia afuera, para evitar rasgaduras, tanto la portada, como la unión de las primeras hojas y portada.