¡Feliz 100
años, Don Ramón! El 2 de setiembre de 1924, un día como hoy que escribo este post, nació Ramón Antonio Esteban Gómez
Valdés Castillo, simplemente Don Ramón, El Peterete, Monchito o Seu Madruga. La eterna figura que representó la versatilidad de los padres latinoamericanos por sacar adelante a sus familias, adoptando múltiples oficios, en medio de las necesidades, sin nunca perder el humor.
Foto de Don Ramón al llegar a Lima, en 1988. Su expresión disimula los malestares que lo aquejaban desde su parada en Bogotá.
Del libro "Con permisito, dijo Monchito" (2021), escrito por su hijo Esteban Valdés Julián, tomo cómo pasó su último viaje al exterior de México, que realizó al Perú, en 1988, donde empezó a “perder por completo la sensibilidad y movilidad
de sus piernas”.
Ese año, Don Ramón vino a Lima para quedarse un mes y medio, a fin de presentarse con su circo y hacer comerciales de televisión. Pero solo estuvo unos días, tiempo en el que grabó el siguiente comercial para turrones San José. Cuenta su hijo que los empresarios le hicieron firmar un contrato por 3 mil dólares. Pero cuando se enteró su representante, su hermano Toño, logró que firme por 7.500 dólares, pues era lo que correspondía a la figura que ya era a nivel de todo el continente.
Fue a poco de llegar a Lima que Don Ramón perdió “por completo la sensibilidad y movilidad de sus piernas”. Según el libro, consultó a un médico quien, tras ver las radiografías y “unas manchas oscuras” en cadera y espalda, le diagnosticó "osteoporosis de grado avanzado". Al llegar a México, los resultados indicaron que las manchas era metástasis.
Don Ramón también vino al Perú para participar en una campaña que aleje a los jóvenes de las drogas y recaudar fondos. ¡Su música favorita!: Los Cuñaos 4 de Venezuela, Chuck Magione, Celia Cruz, Tito Rodríguez, Los Creedence, entre otros.
“Mi tesis es que hay más posibilidades de leer un libro si
lo tienes en casa que si está en una librería”, Mario Vargas Llosa en El
héroe discreto.
Quienes amamos los libros, sabemos que no hay cuidado exagerado para esos acompañantes que vamos juntando a fin de formar nuestra biblioteca personal. Para quienes nos sentimos verdaderamente en casa solo donde están nuestros libros.
Por ello comparto algunas recomendaciones prácticas, básicas y caseras sobre cómo podrías cuidar esa biblioteca y hacer que los libros que nunca lees, pero aprecias y te acompañan podrían durarte más tiempo. Estos son algunos consejos del taller de conservación preventiva al que asistí en la Casa de la Literatura Peruana, dictado en abril del 2024.
Mobiliario
Es preferible tenerlos en estantes de metal con pintura antioxidante y anticorrosiva. Aunque los de madera también son útiles, es mejor si son resistentes a las termitas, lo que no sucede con el triplay. En el caso de los libreros de madera, se puede poner papel blanco entre el librero y los libros, como máxima recomendación.
¿Estantes con protectores de vidrio para protegerlos del polvo? No se recomienda pues pueden originar microclimas de humedad. En todo caso, podrías dejarlos con una abertura para la ventilación.
¡No dejes encerrados a tus libros!
Clima
Los libros, como las personas, pueden padecen los cambios extremos de humedad, es decir si pasan de climas muy húmedos a muy secos, con mucha frecuencia, lo cual no ayuda a su conservación y acelera su deterioro.
No obstante, la humedad alta de Lima, sobre todo en distritos cerca al mar, como Barranco, Miraflores, Magdalena y San Miguel, es inevitable. Existen en el mercado deshumedecedores de varios precios, sobre todo para temporadas extremas como invierno. También es posible poner termohigrómetros, como en los museos, para medir la humedad y temperatura.
En cualquier caso, la ventilación es fundamental. Prioriza colocar tus libros en un lugar con ingreso y salida del aire.
Ubicación
En sintonía con el punto anterior, la ubicación de la biblioteca o librero respecto a la casa también es importante. Prioriza que no esté cerca a lugares húmedos, como el baño, tanques o las tuberías internas de la casa. De preferencia, lo más lejos posible. De la misma, si la casa está junto a una fábrica, una avenida por donde pasan muchos vehículos o una cochera: el humo de los carros y la antigüedad del parque automotor, sobre todo en Lima, podrían afectar los libros. Para ello, podrías considerar la ubicación de los libros respecto a la ventana exterior y/o usar cortinas, filtros o protectores.
Ventana con filtro
Luz
La exposición directa y constante a la luz origina que las hojas de los libros cambien de color, sobre todo en los bordes, donde es recurrente el desvaneciendo de la coloración. Para ello, además de la direccionalidad de la luz, debemos priorizar usar luz led, que genera menos incidencia para evitar la descoloración, o fluorescente, pero no la luz amarilla.
Grapas, clips, tinta
No es recomendable usar las grapas para separar las hojas del libro, pues se oxidan o corroen y dejan manchas y queman el papel.
En el caso de los clips, evitar los de metal y priorizar con forro plástico, sin embargo, de todas formas, es preferible poner un pedazo de papel blanco o cartulina entre el papel y el clip. No obstante, solo usarlos si es necesario, pues tienden a deformar las hojas.
La tinta y resaltadores son agentes de deterioro… ¡Pero no importa si la tinta es de la firma del autor o autora dedicándote el libro! No obstante, si quieras hacer anotaciones, mejor usa un cuaderno.
La única tinta que debería tener tu libro.
Visitantes indeseados
Jamás comer cerca o en la biblioteca, pues los restos de comida atraen agentes biológicos. Sí, tomar café mientras leemos es placentero, pero si lo haces, que sea con extremo cuidado. Sin embargo, si pasó un descuido y le cayó un líquido a esa novela o ensayo, puedes poner una hoja entre las que estén mojadas para que atrape la humedad e ir retirándolas cada cierto tiempo, hasta que estén secas las hojas afectadas. Recuerda, si un libro está mojado por más de 48 horas, empezarán a aparecer hongos.
Pero, si por un tiempo prolongado dejaste de pasar trapo y abrir la ventana, empezarán a aparecer termitas o “peces de plata”, estos últimos van carcomiendo el papel poco a poco, aunque sea imperceptible. No olvides que estos agentes prevalecen en ambientes húmedos, oscuros y sucios. Pasa trapo y abre la ventana.
"Peces de plata"
Es posible la limpieza con aspiradora, de preferencia con filtro HEPA y regulador de potencia (la más baja posible al pasar por los libros).
Uso y reúso
¿Forrar los libros? No es recomendable, salvo sea un libro que pasará entre muchas manos y estará en peligro de deterioro, como en una biblioteca pública. Al forrarlos se origina un microclima en el libro, que, en ambientes extremos, calor o humedad, los afecta.
Es recomendable almacenarlos de forma vertical (parados) y no ponerles encima otros ejemplares en horizontal (echados), pues se afecta la encuadernación. Y si se guardan en horizontal, es referible alternar la posición (un libro mirando a la izquierda y otro a la derecha), para no afectar los lomos.
Encuadernación del libro
Y, cuando los va a usar, al sacarlos del librero, evita jalarlos del lomo y, en su lugar, usa ambas manos para sacarlos del lomo, con una mano, y de la zona delantera, con la otra mano. Asimismo, al trasladarlos, jamás lo hagas en inmensas columnas.
Nunca es tanto el cuidado
Existen guarda libros que se pueden hacer artesanalmente, con materiales especiales. Así como guardarlos en cajas. Esto, claro, para libros muy preciados.
También puedes comprar sujetadores de libros para que sean consistentes si los ponemos en forma vertical.
Otros peligros inherentes a la vida son los sismos o incendios. En el primer caso, sujeta bien los libreros a las paredes, tanto en la base, como en la parte superior, con doble soporte a la pared. En el segundo caso, un extintor, siempre es importante.
Plus: video de cómo limpiar los libros en mi cuenta de YouTube, por cortesía de un compañero que grabó. Límpialos de adentro hacia afuera, para evitar rasgaduras, tanto la portada, como la unión de las primeras hojas y portada.
Quienes amamos los libros sabemos que no hay cuidado exagerado. Recuerda que el deterioro de los libros también puede afectar nuestra salud. Una recomendación final es tener un inventario de tus libros (título, autor, año, edición, otros datos). Y, si tienes un libro que ya no aprovecharás, recircúlalo a quien sí podría leerlo, tanto en una venta de segunda o garaje o donación. Siempre habrá alguien esperando por sumergirse en esas hojas de aventuras o conocimiento.