Si alguna vez se hizo una enumeración de las danzas (indias y mestizas) que se bailan en Puno, seguramente esa lista debe ser muy discutida. Según algunos investigadores, a la fecha esta región posee más de 350 danzas registradas y un sinnúmero que aún faltan estudiar. Única verdad: este es uno de los lugares más diversos en América en bailes típicos por su variedad, disfraces y coreografías y la capacidad, imaginación y fantasía, de adoptar lo occidental para enriquecer su cultura.
En Puno, el calendario festivo es extenso. La fiesta y el rito se practican todo el tiempo paralelo al ciclo vital de la naturaleza y de la madre tierra. De todo el año, febrero es sinónimo de fertilidad –gracias a la lluvia vivificadora que reverdece los campos–, de efervescencia festiva –se espera una buena cosecha–, de reunión colectiva –es momento de esperanza–, de bondad de la pachamama y de agradecimiento a la Virgen de la Candelaria, como bien refiere el libro Puno festivo editado por la Municipalidad Provincial de Puno.
Durante las festividades a la Virgen todos bailan: quechuas y aimaras, naturales y visitantes, autoridades y pobladores. |
Cada pueblo tiene un momento y espacio propicio para recordar su rica diversidad: la fiesta. En ella, se olvida la rutina y lo común, se reafirman identidades, se viven nuevas experiencias sensoriales, además, se promueve la cohesión social –entre pobladores y visitantes– y se incentiva el retorno de los paisanos migrantes. En la fiesta se integra, se recuerda, se comparte: música, amistad, comida, nostalgia, como también explica el referido libro.
El antropólogo Walter Rodríguez, en su artículo Oro, brocados y bordados para la Virgen de la Candelaria, escribe que en la actualidad las fiestas patronales no solo tienen connotaciones religiosas –para agradecer los milagros o cumplir las promesas hechas–, también políticas –gracias al prestigio que adquieren los pobladores que ocupan algún cargo– sociales y económicas. Aunque el cargo de alferado es una institución de origen hispano se incorporó a las celebraciones andinas para oficializar los rituales andinos. Hoy esta responsabilidad que se asume con uno o dos años de anticipación es para esperar algún favor o éxito –siempre y cuando se haya cumplido con todas las obligaciones–.
Fiesta improvisada en una de las plazas de Puno. |
Las fiestas patronales permiten la convivencia de la liturgia católica con las creencias andinas y, asimismo, permiten que estas se renueven. En el caso de las festividades de la Virgen del Altiplano –sigue contando Walter Rodríguez– "quien asume este cargo –de alferado– adquiere visibilidad social en la comunidad y como tal implica varias responsabilidades: confección y bordado del vestuario nuevo que debe estrenar la Virgen y el Niño, el arreglo de su anda, las ceras, y la arquitectura efímera de los fuegos artificiales para las vísperas, misa de fiesta, arreglo del templo, etc... La comunidad entiende que la pertinencia, puntualidad y fastuosidad que caractericen cada acción cumplida debe merecer reconocimiento y buen comentario porque a cumplido bien con la Virgen; la sanción social emite su juicio cuando sucede lo contrario".
Diablo bailando durante el día de la Parada. Puno - 2012. |
En el catolicismo, las advocaciones a la Virgen María son diversas; siendo una de las principales la de la Virgen de la Candelaria. La historia menciona que la primera imagen fue esculpida por el devoto indio Francisco Tito Yupanqui y entronizada en la iglesia de Copacabana. El antropólogo Mario Núñez, en su escrito Hitos históricos de la Candelaria, explica que el inicio a la devoción a la Virgen pudo haber empezado durante los ataques de Túpac Amaru de 1781 a la región. Se dice que la Virgen fue la salvadora del pueblo cuando los españoles estuvieron cercados y los indios echaban bolas de fuego a sus refugios. Pese a la superioridad y vehemencia india, jamás se prendió, ni quemó nada, porque la Virgen apagaba el fuego y esto visiblemente los vieron los indios. Desde ahí, naturales y defensores de la ciudad sacaron a la Virgen en procesión, hecho que posibilitó el término del asedio.
El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo. Agrupa a 36 islas –entre ellas Taquile y Amantaní–. |
La otra explicación da cuenta que el fin del asedio se debe al respeto que ya tenían los naturales hacia la Virgen, hecho que fue manejado en beneficio de los pobladores españoles. Es decir, un mecanismo de inducción evangelizadora usado por los peninsulares.
Isla flotante de los Uros. Uno de los pueblos más antiguos de América, conformado por cerca de 40 grandes islotes flotantes de totoras. |
Cada isla agrupa a varias familias. Pese al tiempo viven igual que sus antepasados. Su principal fuente de ingreso es el turismo. |
Mención especial es estas fiestas merece el vestuario de la Virgen y el de los danzantes. Hecho devocional que indica el cumplimiento de la promesa de los participantes. Estos atuendos, casi siempre de estreno, están cargados de concepción artística, confección única, iconografía especial y materiales con significado particular. En su elaboración se pone mucho cuidado en todos los detalles, ya que significa la culminación de preocupaciones, promesas y revelaciones de los participantes.
Diablos |
Idilio, un tema de María Juana (Bolivia)... "Al año que viene volveré a bailar por ti".