El arte es una carrera de largo aliento que a Sheila Alvarado, ilustradora, escritora y artista plástica, le ha permitido crear alrededor de mil dibujos, algunos de los cuales son parte de su reciente exposición, además de muchos personajes: seres de vida diversa.
Los personajes que Sheila dibuja son como los amigos que ella y todos tenemos: pueden desaparecer de nuestras vidas, por momentos, pero siempre están ahí. Para crearlos, narra que primero el personaje viene a ella, escucha su voz con mucha atención y, entonces, los describe lo mejor posible.
Tras varios años dedicados al dibujo, le resulta difícil recordar cuántos ha creado. Solamente para la muestra que está presentando, por ejemplo, tiene cerca de veinte, como Ballena blanca, La Maga o Lisa y sus hermanos.
Publicación original para Variedades del diario El Peruano. |
Y es que Sheila crea todo el día. Cuando le viene una idea, la plasma en un cuaderno y, generalmente, la continúa trabajando en otro momento. Aprendió a ordenarse de esa manera y, en el tiempo adecuado, recuerda dónde está, aunque hayan pasado años.
Así ha tenido dibujos y personajes que esperaron hasta 20 años porque sentía que, en otro momento, podía hacerlos mejor. Con esa certeza, piensa que luego retomará otros proyectos que están esperando la intensidad y estación adecuadas.
En ese devenir, Sheila sabe que a veces también tiene que retroceder con sus trabajos. Sus personajes, en ocasiones, ‘saltan’ de un lugar a otro y pueden salir en su siguiente muestra o encontrar una tercera parte y quizá una secuela.
IMÁGENES
En su universo (casi) todo está cargado de imágenes. Para ella, escribir es como dibujar, actividad para la cual es muy intuitiva. Si tiene una idea, simplemente la escribe y no trata de forzarla. Es su (des)orden natural.
Dice que quiere dibujar todo el tiempo, pero ha aprendido que no puede hacerlo siempre, ya que su cuerpo no lo resiste. Entonces tiene que parar y balancear su vida. Lo cual, afortunadamente, no impide que se deje llevar por lo que quiere… y lo haga.
Del cuento "Del cazamariposas". Trabajo de Sheila. |
Además de dibujar y escribir cuentos, tiene libros de poesía, pero también necesidad por cantar. De hecho, ha compuesto algunos huainos y yaravíes, que, el próximo año, podría cantar.
Podría. Podría porque con ella –dice– nunca se sabe. También podría dedicarse a bailar huaylarsh o cumbia, pero dependerá de qué necesidades emocionales tenga que cubrir.
Y es que a ella le da miedo estancarse. No siente temor por empezar una nueva etapa, como a la mayoría de nosotros. Con esa perseverancia, por ejemplo, el año pasado empezó a trabajar en acuarela. Nunca lo había realizado, pero lo hizo.
Así también, empezó a escribir cuentos para niños, pese a que le habían dicho que era difícil, pero lo logró. Y bien. Ya obtuvo el primer premio en la Quinta Bienal de poesía infantil del Icpna.
PERSEVERANCIA
Sheila cree que el problema es la falta de perseverancia en las personas. Pese a ello, concuerda en que todos tenemos algo que comunicar, pero nos reprimimos, quizá, por miedo a lo que otros pensarán o dirán.
Se imagina que en un futuro seguirá trabajando. No sabe en qué, pero no se ve sin hacer nada. Dice que una vez le preguntaron qué haría si se saca la lotería, a lo que respondió: “Más cosas, obviamente”.
El secreto, podría ser, es que Sheila disfruta la vida y hace, verdaderamente, lo que quiere. “No soy alguien que dejaría todo para viajar y vivir la vida, porque, para mí, esta es la vida”, explica.
Limeña Girl, el personaje que caracterizó a Sheila (o ella a él) durante muchos años. |
Como se puede sospechar, le faltarían un par de vidas para hacer todo lo que desea. A veces se pregunta qué hará en su próxima vida y no se decide si ser bailarina o, quizá, violinista ayacuchana.
Por el momento, ya ha sido mesera (aunque no sabe por qué), pero estudió y lo fue. Trabajó un par de meses y no lo volvió a hacer. Igual le pasó con el tango y el skate.
Además de proyectarse haciendo algo siempre, Sheila (cuya pronunciación de su nombre es "Shila") también se imagina, hasta el final, con su larga trenza entre las manos porque representa una cuestión de identidad.
Su trabajo –afirma– busca que la gente desee, crea en sí misma y luche por lo que quiera. Por cierto, Sheila es una de las 101 razones para estar orgullosos de Lima.
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SHEILA ALVARADO PEÑA (LIMA, 1979)
Del 9 de julio al 3 de agosto, Sheila presenta su quinta exposición individual titulada Del Cazamariposas y otros cuentos, en la que se exhiben cuentos y trabajos que permanecían en diarios y cuadernos, desde su época de estudiante. La cita con parte de su universo es en el Centro Cultural Ricardo Palma de Miraflores.
Previamente, ha ganado la medalla de plata en la especialidad de grabado en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Publicado los libros Pelilargo (Alfaguara, 2007), Tomando té (Altea, 2008), Corazón de Algodón, de la Coneja poeta (Paracaídas, 2010), así como Ciudad de Payasos (Alfaguara, 2010), novela gráfica en coautoría con el escritor Daniel Alarcón.
Ella. Foto vía: sheilaalvarado.pe |
Ha representado al Perú en el 10° Salón del Libro (Luxemburgo, 2010), en el 10° Viñetas con Altura (La Paz, 2012) y en el 10° Embotellarte (Miami, 2012).
[Parte de este texto fue publicado en Variedades, de El Peruano, el viernes 10 de julio de 2015 –páginas 4 y 5–. Acá en mi página de Scribd].