20 de septiembre de 2012

Estafa laboral: negocio redondo en Lima

¿Buscas trabajo? Se necesitan señoritas para limpieza, niñeras, empleadas del hogar; se ofrece entre 500 y 700 soles más estudios para trabajar en Comas, Los Olivos, Miraflores; cama adentro y afuera; con urgencia. Otro: Fábrica de chocolates solicita personal joven, de preferencia provincianos, trabajo a medio tiempo. Uno más: Buscamos jóvenes y señoritas de 20 a 35 años con o sin experiencia; tres turnos fijos; confianza y prestigio de esta agencia de empleo; ingreso semanal 330 soles; áreas: impulsadoras, degustadoras, operarios de limpieza.

Caricatura: Gestión / Andrés.
A estos y otros puestos similares se reducen las posibilidades laborales de cientos de jóvenes que, sin estudios superiores o padrinazgos, buscan trabajo. Puestos que prometen inicios inmediatos y turnos fijos, pero, casi siempre, terminan siendo un camino de explotación y estafa.

¿ERES PROVINCIANO?
"En Lima sí hay trabajo. Tuve dos este año, pero cuando ya me deben renovar me despiden. Solo por eso, oportunidades no me faltan”, comenta Luis, de 20 años, quien cree que las condiciones laborales que le dieron eran las reglamentarias. “Yo he trabajado de 6 a 6 y de 10 a 10. El pago es 160 o 170 semanal; depende de tu desenvolvimiento. Se descansa una vez por semana, también debemos ir los feriados, para aprovechar las ventas, como dicen los jefes”, refiere.

Al solicitar un trabajo lo primero que piden es el DNI, luego empiezan las preguntas: ¿Eres provinciano? ¿Cuánto tiempo llevas en Lima? ¿Qué sabes hacer? Si cumples las “condiciones” entonces obtienes el puesto, pero con dos semanas de prueba. “De acuerdo a tu desempeño, como no sabes hacer nada, vas a entrar como ayudante”, nos ofrece Julián, el señor Julián, en su empresa de plásticos. Luego, con cierta brusquedad, nos aclara: “El pago es 170 semanal de 8 a 8, pero cuando es necesario, por pedidos, tienes que quedarte en las madrugadas”. Así de fácil estas empresas, la mayoría clandestinas e informales, explotan.

SE NECESITA... 
Entonces la otra posibilidad son las agencias de empleo. “La agencia me contactó con mi jefa con la condición de que la mitad de mi primer sueldo sea para ellos. Estuve dos meses, pero renuncié porque yo iba por limpieza, pero me ordenaban a vender, lavar, limpiar”, cuenta Gilma, una joven con acento provinciano. No obstante, eso no es todo. Conocedores de que la mayoría de los postulantes renuncian, se quedan con sus documentos. “Para que me lo devuelvan tuve que pagar 30 soles”, explica Gilma, quien cree haber hecho un pago justo, pues, en realidad, solo estuvo dos de los tres meses estipulados.

En el segundo piso de una vieja casa, en la avenida España en Comas, funciona la agencia de empleos Casa Mayor. Aquí se ofrece trabajo inmediato “con garantía y eficacia” de vigilantes, vendedores o personal de limpieza. El primer paso es un pago de 30 soles por trámite administrativo. Luego te piden algunos documentos personales y, si todo parece estar en orden, al día siguiente empiezas a trabajar. Sin embargo, ya en el trabajo…

“Para ganar más, se debe apoyar con horas extras, aunque en los pagos te descuentan comida y servicios", comenta Vilma. En su caso, ella sabe que es explotada, pero tiene obligaciones: mantener a su hijo y pagar el alquiler. Sin embargo, como hace meses, aun mantiene la esperanza de que “estará allí hasta encontrar algo mejor”. Como esta agencia, muchas te envían a otros puestos de trabajo, en los que terminas siendo explotado o, si no exiges tu contrato, postergado para seguir pidiéndote dinero con nuevos trámites.

LA CALLE ESTÁ DURA
Así de fácil estos centros se aprovechan de las necesidades de las personas, sin mencionar a las agencias que son pantalla de turbias transacciones y terminan en delitos como trata de personas. Lamentablemente muy pocos reclaman, la mayoría suele pagar y esperar. A la falta de información sobre derechos laborales, por lo que muchos creen que “así son las cosas”, se suma la impunidad. Al consultar sobre los pagos adelantados que piden las agencias nos explica una abogada del Ministerio de Trabajo, que: “son las agencias las que ponen el monto pues el Ministerio no establece uno fijo”.

Muchas veces estas llamadas oportunidades laborales dan la falsa idea de que sí hay trabajo, pero terminan siendo puestos con horarios esclavizantes y sueldos insignificantes que reducen las posibilidades de ahorro y, utópicamente, de poder estudiar. Al final de la jornada no solo roban dinero, también la dignidad.

BONUS TRACK: Cuando las posibilidades de encontrar trabajo son reducidas, surgen los ambulantes. Ambulante soy, Los Shapis (1985).



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Este texto fue un reportaje realizado para un taller de redacción. 
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