Apurada, estresante y sobrecargada de gigantografías como es Lima, es imposible que esté exenta de manifestaciones culturales que evidencien su diversidad y convergencia de varias idiosincrasias, que la convierten en un pequeño Perú.
De hecho, hoy, durante un colorido pasacalle en la Plaza de Armas, previo a la celebración del aniversario de fundación de la ciudad, se revivió aquella frase que Arguedas tan sabiamente acuñó al país: "Todas las sangres".
Pasado, presente y futuro innegable.